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domingo, 6 de enero de 2013

La magia no se acaba...

Una de las cosas que mas me gusta de viajar es poder conocer la esencia de cada país o ciudad. No me gusta ir a los lugares "Turísticos" tradicionales. Busco conocer esos espacios en donde se descubre la mayor expresión que caracteriza a esa región. Ver eso que nos diferencia, eso que hace único a cada espacio de este hermosos planeta!
Recuerdo en uno de mis viajes a Chile, visité un pueblo situado a unos 130 km al sur de Santiago su capital, El Manzano se llamaba. Allí uno podía encontrarse con esas noches estrelladas imposibles de ver en cualquier ciudad grande, se reencuentra con esos sonidos que parecieran haber puesto en mute en donde las luces encandilan. Son esos lugares en donde el reloj deja de tener protagonismo, y hasta se podría decir que se toma un descanso y baja sus decibeles, regalándonos momentos mas sencillos y cálidos.
Recuerdo los lindos ratos en los que junto a amigos transitábamos sus calles de tierra sin veredas y llenas de verde a los costados. Jamás borraré de mi retina esas nochecitas con el viento acariciando nuestras caras y desparramando quién sabe a donde nuestras risas. La luz de la luna siendo nuestro único reflector, y lo cortas que parecían esas veinte cuadras imaginarias porque no hay ninguna medida establecida para definirlas con precisión. Que lindo era terminar el día y emprender la vuelta hasta el hogar donde nos hospedaban, sabiendo que nos quedaba aún una aventura llena de sorpresas, porque no sabíamos que locura nos depararía esa caminata. Quizás serían canciones de antaño, tratando de recordar sus letras, quizás improvisaciones teatrales al paso, tal vez hacer silencio y dejarse aturdir por la paz que rodeaba el lugar!
Sin duda era un momento para disfrutar y así lo hicimos, y es por eso que conservan intactos su frescura en nuestros corazones!
Unos años después tuve el placer de volver a ese mágico lugar. Fue un disparo directo al corazón y a las emociones repetir esos lugares! La plaza, el cuartel de bomberos en donde desarrollábamos los shows, la casa en donde compartíamos esos almuerzos llenos de hospitalidad y sabores únicos, su gente. También me tocó repetir ese recorrido tan especial hecho años atrás, con una diferencia, esta vez solo. Y no era lo mismo, parecía que alargaron las distancias, parecía que hubieran cambiado el decorado, borrado las figuras, apagado las risas. Hasta puedo decir que generaba un poquito de miedo, quizás simplemente por traerlos de la ciudad, pero definitivamente alguien se había llevado la magia del lugar. Pero no era así, la clave es que todo es diferente cuando caminas junto a otros. Que la vida se llena de color cuando tus pasos están acompañados, cuando tus miradas tienen un cómplice, cuando tenés a alguien transformando en risas los silencios. Y en soledad comprendes la importancia de ir a la par, comprendes que fuimos diseñados para estar juntos y hacerlo entre todos! Porque no es bueno estar solo en la vida, porque compartir las alegrías y las tristezas nos hace bien, nos hace mejores personas, nos hace entender quienes somos, nos hace mas humanos!
Es por eso, que aprendí que tan solo con cerrar los ojos y saber que estás al lado es suficiente para seguir adelante, para enfrentar lo que venga, para poder sonreír. Es por eso que valoro tu amistad, valoro tu corazón y lo lindo de caminar al lado tuyo! Porque cuando eso sucede la magia no se acaba cuando se cierra el telón!

Muchos nombres podrían cruzarse, hoy se me viene uno a quien agradecerle! Anabella Pattini