No te mueras nunca!

Letra Cambalache
Quería compartir algo muy del Río de la Plata, muy Argentino. Este tango antiquísimo, duro, pero lleno de verdades, para que reflexionemos un poquito juntos. Cambalache de Enrique Santos Discépolo, en la voz de Adriana Varela.

En algún momento de la vida uno piensa en determinados temas, y así fue que, pensando acerca de la familia, analizaba lo inteligente del plan que encierra a este núcleo de nuestra sociedad. Es que a todos nos ha pasado en mayor o menor índole haber vivido circunstancias que, con el tiempo, entendimos que no nos hicieron bien, cuestiones en la crianza que nuestros padres o tutores nos impartieron, en esta aventura de educar y formar a un hijo, que hubiéramos preferido no vivir, porque han dejado heridas en nosotros, otras que entendimos, también con el tiempo, que fueron importantes y las valoramos! Entonces pensaba que la idea original de perfeccionamiento en el hombre pasa justamente porque cada uno de nosotros tomemos las cosas que fueron importantes, las que tuvieron un papel preponderante en nuestra formación y descartemos las que no han sido buenas, ocupándonos de no repetirlas y así lograr este pulimiento que día a día, sin duda, logra que cada generación sea mejor que las anteriores. Para esto, obviamente, se necesita una base de valores que indiquen que cosas son las que deberíamos perseguir y cuales descartar, para no guiarnos meramente por lo que nos gusta o no. Pero algo que me duele mucho es ver como con el tiempo dejamos morir muchos hábitos y buenas costumbres que fueron puntos claves en la formación de nuestros antepasados y que jamás pasan de moda, que no son cuestiones de una época sino que no deberían dejar de existir jamás!

En este ejercicio de observar y aprender me llamó la atención esto: Aquí en Argentina desde hace un tiempo se utilizan, en el transporte automotor urbano, unas máquinas expendedoras de boletos. Las cuales funcionan con monedas o tarjetas. Cuando utilizo estos medios me llama la atención algo. La gente en su gran mayoría sube y el saludo al chofer (que después de largos años de investigación minuciosa descubrí que es un ser humano !) es "uno diez" (valor del boleto mínimo) o "uno veinticinco". Muy pocos buenos días se escuchan, casi que son contados con una mano en el recorrido mas largo que hagas y ni hablar del "por favor", no existe!!! Pero, más curioso aun es pararse frente a la máquina y que (en su gran mayoría) aparezca en el visor la frase: "Pague por favor" jajaja! Las máquinas nos han superado hasta en cuestiones de educación! Estos medios de transporte son ideales para desilucionarnos. Viendo como en muchos casos hay que puntualizar y pedirle casi irónicamente a un buen hombre, para que le ceda el asiento a una anciana, o ver como quien recién miraba por la ventana ahora está profundamente dormido justo en el momento en que una madre ha subido con su pequeño! Por qué dejamos de lado cosas tan importantes y que tanto bien nos hacen como un saludo? en el interior del país aún podemos ver como la gente saluda por las dudas a quien no conoce para no quedar mal. Aquí no saludamos por las dudas para no quedar mal! Por qué es noticia que un grupo de jóvenes le lleva algo caliente a quien vive en la calle? por qué es noticia que alguien devuelva dinero que encontró por ahí? Por qué cada vez nos sorprende más cuando vemos a alguien hacer lo correcto? Y si, Enrique Santos Discépolo, autor del tango Cambalache era un adelantado, ya en 1935 describía lo que vemos ahora! El ciclo de perfeccionamiento no está funcionando, estamos menos diez en eso! "Que el siglo veinte (y veintiuno) es un despliegue de maldad insolente... ya no hay quien lo niegue!"